En un fútbol como el de hoy, plagado de técnicos temerosos de perder su puesto y por ende pusilánimes, Marcelo Bielsa sobresale. Es un caso raro, único. Claro que si hemos de creerle a Osvaldo Soriano, el antecesor de Bielsa sería Mr. Peregrino Fernández, un técnico argentino obsesionado con el fútbol ofensivo hasta el punto de meter en la cancha delanteros de contrabando. Por eso lo expulsaron de la Argentina y término dirigiendo en Australia. Sus equipos metían siete goles, pero a veces recibían nueve. Le importaba un carajo la defensa o, como dirían ahora, "el equilibrio". Sin embargo, murió en su ley: el fútbol ofensivo. Sus equipos llegaron a hacer hasta trece goles en partidos memorables. Aunque no haya entrado a la historia del fútbol, aunque sólo lo recordemos por la bellísima crónica de Soriano. Mr. Peregrino podría decir como un personaje de Ribeyro: "Metí mis mejores goles en una cancha polvorienta de los suburbios, ante tres o cuatro hinchas borrachos que no se acuerdan de nada".
Salvo por una medalla olímpica, Bielsa no ha entrado a la historia, pero ha dejado su impronta de fútbol ofensivo en todos los equipos que ha dirigido. El caso más reciente, ay, el que más le duele a los aficionados colombianos: el intrascendente Chile de antes ahora goleador y casi clasificado a Suráfrica. Chile que nos goleó 4-0 y descabezó a Pinto. Qué pena, pero hay que pasar la cuenta de cobro. Bielsa no dirigió a Colombia porque a nuestros directivos le parecieron muy caros los US 60.000 mensuales que cobraba. Chile le paga US 120.000 y dicen que con sus resultados les ha dado 5 millones de dólares a la Federación chilena sin contar los beneficios que le traerá su inminente clasificación.
¿No hicieron cuentas nuestros directivos? ¿Son malos negociantes? Claro que no, la cosa va por otro lado. Bielsa es un tipo que no se deja manejar de los directivos. Lo primero que hace, cuando empieza a dirigir un equipo, es desterrar de las concentraciones a los directivos, a la prensa y, principalmente, a esos nefastos personajes que son los empresarios del fútbol, esos chulos que terminan ganando más que los mismo jugadores. Bielsa no es como Lara, un empleado humilde de la casa, agradecido con sus patrones a quienes todo se lo debe. Es decir, débil y manipulable. Para no hablar de los fuertes rumores sobre sus "porcentajes" con los empresarios del fútbol, que hasta el momento no han sido probados.
Colombia con Bielsa hubiera sido otra cosa. Incluso, me atrevería a decir, que con un mejor desempeño del que ha tenido Chile, porque uno a uno, son mejores los jugadores colombianos que los chilenos, y lo están demostrando en sus clubes. Directivos ineficientes, mañosos, hábiles, carretudos, para quienes priman sus intereses individuales antes que cualquier otra cosa. O sea: candidatos a reelegirse. Y seguro los van a reelegir. Eso es lo que dicta por esta época la inteligencia emocional de los colombianos.
Por Luis Fernando Afanador
Publicado 10/06/2009
lunes, 15 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario