jueves, 25 de febrero de 2010

Terry, 'Capitán Escándalo'

Compromete sus capitanías tras airearse su romance con la novia de Bridge
Otros escándalos del capitán del Chelsea
Eduardo Suárez (Corresponsal) del Mundo.es en Londres

No se puede decir que John Terry sea un chico formal. Y no tanto por la avaricia o el alcoholismo de ocasión, sino por sus raíces en el extrarradio, potenciadas por una infancia difícil y una familia con pocos escrúpulos. No hay periodista británico que no sepa que los alrededores de Terry son un territorio fértil para los escándalos. Pero ninguno tan abracadabrante como el destapado ayer por los tabloides británicos, que revelaron que el central se había acostado con la modelo francesa Vanessa Perroncel, la novia de su amigo Wayne Bridge y la mejor amiga de su esposa, Toni Poole.

La historia tiene todos los ingredientes para crecer hasta convertirse en el culebrón del año. Y no sólo porque sus detalles más truculentos están por descubrir, sino porque 2010 es año de Mundial, y Terry es el capitán de la selección inglesa. Un honor que le será difícil retener a la luz de los titulares de los diarios sensacionalistas, a los que, por supuesto, les preocupa menos la cornamenta que le ha calzado a su esposa que el engaño al que ha sometido a su amigo. Quedan muchos detalles por esclarecer. Entre otras cosas porque ninguno de los protagonistas ha dado su versión y porque los hechos se conocen sólo gracias a un dictamen judicial que ha levantado la prohibición de informar sobre el escándalo.

Así pues, se desconocen la duración del affaire y la fecha de su inicio. Sí es pública y notoria la amistad que unía a Bridge y Terry, que compartieron vestuario durante cinco años en el Chelsea y en la selección hasta que el primero fichó en 2008 por el City. Su amistad no dejó de crecer lejos del césped. Y no sólo porque vivieran en la misma urbanización, sino porque sus parejas enseguida conectaron y compartieron salidas nocturnas y planes de fin de semana. Quienes las conocen dicen que Vanessa y Toni son muy diferentes. La primera es una francesa con clase que se gana la vida haciendo pases de lencería y posando en paños menores. La segunda es una chica de barrio que conoció a Terry cuando era un don nadie y que lo ha escoltado en su escalada a la cumbre aguantándole sus caprichos y su carácter propenso a la infidelidad.

En 2005, sin ir más lejos, el futbolista reconocía en una entrevista que había sido infiel a Toni: "Es cierto, me he portado mal y me he acostado con chicas a sus espaldas, pero no voy a engañarla más y quiero casarme con ella más que cualquier otra cosa en el mundo". Y se casó. Pero no sin antes infligir a su chica una humillación extra. Porque el día en el que se publicaron sus declaraciones emergió que se había acostado con una veinteañera. Y no en un hotel de carretera, sino justo en el domicilio de Wayne Bridge, el hombre con cuya novia se acostó ahora.

Bridge y Vanessa rompieron su relación en julio. Según la versión oficial, por los efectos del fichaje del futbolista por el City. Según la versión oficiosa, porque Bridge descubrió la verdad. Tiene guasa que Toni se volcara a partir de entonces con su amiga, con la que en los últimos meses se ha dejado ver con asiduidad. Como también la tiene que Terry recibiera en noviembre el galardón de Padre Famoso del Año, que recogió diciendo: "Cambio pañales. Sólo soy un padre normal".

Fue esa doble moral la que convenció al juez para levantar la prohibición que impedía hasta el viernes a los diarios británicos hacerse eco de la historia. En sus propias palabras, "la libertad de vivir como uno quiera es una de las más valiosas, pero también lo es la libertad de criticar conductas socialmente dañinas o erróneas. Nadie sugiere que [el affaire de Terry] deba ser ilegal, pero hay quien puede sugerir que haya que disuadirle de su conducta".

En el ánimo del juez ha pesado también una última consideración: que Terry está menos preocupado por el bienestar de su esposa que por sus contratos de patrocinio con Umbro, Samsung y Nationwide, que le reportan al año unos cuatro millones y medio de euros. La decisión creará jurisprudencia para la prensa británica, que ya se relame pensando en publicar historias similares sobre otros personajes de la Premier. La más jugosa, una sobre un entrenador que visitó un burdel asiático y cuyo nombre permanece secreto.

Ahora todos los focos se ciernen sobre Fabio Capello, que deberá decidir qué hacer con Terry y Bridge. Al primero podría quitarle los galones de la capitanía. Al segundo podría no llevarlo al Mundial para no generar problemas de convivencia en la concentración mundialista.


Siempre en el ojo del huracán
2008. El 22 de mayo, Terry falla el penalti decisivo en la tanda de la final de la 'Champions' ante el Manchester United.
2009. El 28 de marzo, detienen a su madre y a su suegra por robar ropa por valor de 850 euros en un centro de Londres de Marks & Spencer.
2009. El 12 de noviembre, el diario 'News of the World' publica un reportaje en el que un redactor llega a comprar varias 'papelinas' de cocaína al padre de Terry en un 'pub' de Londres.
2009. En diciembre, el club descubre que el jugador cobra 11.000 euros por organizar visitas guiadas al centro de entrenamiento.

No hay comentarios: